Ecos de las ferias de San Juan del Río.
De acuerdo a la fecha mítica de su fundación, en el mes de junio de cada
año nuestra ciudad celebra un aniversario más, por lo cual se organizan, en
paralelo a las fiestas patronales, de factura puramente religiosa, diversos actos
festivos, que de acuerdo a los vaivenes políticos han sido llamados
oficialmente de diversas formas, pero popularmente siempre han sido conocidos
como “la feria”, aunque en esencia ya no es lo que originalmente significaba
este concepto, es decir la venta de los remanentes agrícolas de la región.
La tradicional feria se lleva a cabo de manera casi ininterrumpida, desde
finales del siglo XIX. Los eventos que le acompañan son muy cambiantes, de
acuerdo al gusto popular, la economía
municipal, la ideología gobernante -Anteriormente dependían también de la dinámica
del patronato que los organizaba, hoy, de acuerdo a los intereses de los
promotores comerciales- pero puede decirse que hay ciertos eventos ya institucionalizados
que la gente espera cada año: La inauguración, con o sin artista en el centro
de la ciudad, el “castillo o juegos pirotécnicos”, los juegos florales, la flor más bella del campo (ex del ejido) la
coronación de la reina, las corridas de toros,
el cierre en el Jardín independencia, con o sin artista invitado, con o
sin representante del gobernador. Tan importantes fueron los festejos que
algunos gobiernos municipales solo son recordados por la organización del
evento, otros porque ni para eso sirvieron. Cuestión de gustos.
En la actualidad la atención se centra principalmente en los artistas que
asisten a los eventos masivos en el centro expositor, en las afueras de la
ciudad, pero siempre hay algo más. En particular en este año, aparte de los ya
mencionados, se diseñó por parte de la Dirección respectiva del municipio, una
serie de eventos culturales, para diversos gustos, que incluyó casi toda la
gama de las bellas artes, cantantes de diversos géneros, teatro, danza
tradicional y moderna, exposiciones pictóricas, escultóricas, etc. Cuya calidad
podrán reseñar quienes gustan de cada disciplina en particular, lo que puedo decir es que hubo para todos y la
diversidad permitió que segmentos particulares disfrutaran de ellos.
En tan saludable profusión de eventos, recordamos la vieja feria de
pueblo, casi sin recursos, que los patronatos organizaban a la buena de Dios. De ellos, ya hace años han desaparecido algunos que se habían hecho
tradiciones: Las carreras de motos, la cabalgata con los caballos Domeq, las
carreras de burros, el baile popular, el baile de feria (de rigurosa
invitación) los eventos deportivos en la Plaza independencia, los torneos de
charros, con todo y sus escaramuzas, el
torneo de gallos y algunos más que solo quedan en el recuerdo de nuestro
mayores, como las “jamaicas”, los “gallos tapados” y las bandas militares.
Viene lo anterior a colación por el hecho de que desde el pasado día 19 de junio, se
presenta en una de las galerías del Portal del Diezmo -supongo que estará
algunos días más- una exposición retrospectiva de las ferias de la ciudad.
En un formato ya conocido, pero no por ello menos atractivo, que incluye lo documental, lo gráfico, lo impreso y lo espacial. En diversos estantes y muros pueden observarse: Documentos oficiales de las primeras ferias de finales del siglo XIX, diversas actas municipales relativas a ellas, Casi surrealistas están un par de programas de las primeras ferias, con eventos de sobra conocidos y otros que ni siquiera nos imaginábamos que se realizaban.
Al unísono, en las paredes se pueden observar diversas fotografías antiguas, que documentan el aspecto de la ciudad desde aquellas épocas, en los eventos de la feria: las corridas de toros, el desfile de carros alegóricos, etc.
Mención especial merece lo relativo a los juegos florales, significativo
evento que en nuestra ciudad ha sobrevivido, con altibajos, pero siempre
solemne, es de las pocas ciudades que aún lo mantienen como tradición. Desde el
primer evento, celebrado en el año de 1965, hasta la fecha, el recuerdo de
diversos vates viene a la mente, así como de sus propias reinas.
Una de las paredes está engalanada
con todas las fotografías que fue posible reunir, de las graciosas majestades
que han reinado en las diversas ferias. Para los que gustan del glamur y lo
vintage, debe ser un verdadero placer la comparativa de casi un siglo en lo que
se refiere a moda, peinado y maquillaje y es por demás mencionar los
contrastantes cambios de los cánones de belleza en el mismo lapso. Un recuerdo
gráfico de cuánto han cambiado nuestros paradigmas desde aquellos tiempos, en
plena bella época hasta la era digital.
Se cuenta también con algunos
ejemplares de programas de feria más
recientes, cancelaciones de sellos postal,
semblanzas poéticas etc.
En fin, y aunque por obvias razones, llaman más la atención las fotografías de las reinas, verdaderamente importante es la lectura de los diversos documentos antiguos, entre ellos destaca un acta de cabildo de principios del siglo XX en que deciden cambiar la fecha de la feria al mes de mayo, en razón de que en junio llovía mucho y podían echarse a perder los productos. Espero no andar dando malas ideas a las autoridades actuales, aunque no creo que les agrade mucho porque también en el mes de mayo llueve aquí… y mucho. A lo mejor por alguna razón parecida, la antigua iniciativa de cambio no tuvo éxito y seguimos celebrando una feria lluviosa en junio.
Otro documento que se presenta es un ejemplar del periódico oficial “La
sombra de Arteaga" del mes de Junio de 1897 donde
el redactor, que lo mismo reseñaba política, también lo hacía de los eventos de
feria. Presento un extracto de él, en el que detalla una Jamaica.
Las “jamaicas”, una especie de tardeadas, en la feria
fueron especial evento en el que las damas de nuestra mejor sociedad,
establecían, fuera en el teatro o en algún salón, puestos en los que expendían
productos diversos, cuyas ganancias se destinaban a obras benéficas. Cabe decir
que por las fechas, las damas mencionadas, eran las de la familia Ruiz Olloqui,
Ayala (de Don Severino Ayala, padre de don Rafael, los Rodríguez etc. La manera
en que el periodista describe puestos, productos a la venta y belleza de las damas no tiene pierde, léanla en la fotografía de arriba,
nada que envidiarle a las actuales crónicas de sociales de Laurita Olguín en el
“Sol de San Juan”.
La frase de que “Una aldeana alemana, de pelo Blondo, Concha Carbajal, vendía fresas, menos rojas que sus labios” está como para juegos florales.
Y solo en San Juan pudo ocurrir que un "hada" vendiera cerveza.
Espero hayan asistido, si no la hicieron, dense una vuelta a ver si dura
unos días más. Hay otros dos aspectos de esta muestra que trataré posteriormente.
Todas las fotografías son personales, excepto la segunda, de la Dirección de Cultura y Turismo de San Juan del Río.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD.
No reseño otros eventos de feria por no estar
relacionados directamente con el tema de la historia local. Vuelvo a aclarar
que no trabajo para la Dirección de Cultura, reseño de manera independiente
aquello que sí es relativo, independientemente de quien lo organice, cuando mi tiempo lo permite.
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Se acercan las 20,0000 visitas. ________________________________________
EL
CHICHIMECA EN EL PORTAL DEL DIEZMO 2.
Sin querer, y con apenas unas
cuantas líneas, otra vez apareció en el emblemático lugar, en la relatada exposición, un escrito mío,
referente al Cinelandia, que pueden leer completo en este blog.
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